NACIONAL

¡Crónica de una noche rota! el coronel que citó a su hijo y exesposa en una pizzería de Pasto y desató una tragedia

En la mesa del fondo de una pizzería en Pasto, tres personas se reencontraron el jueves por la noche. Nadie imaginaba que esa cena, a la que fueron convocados como si se tratara de una simple conversación familiar, terminaría convertida en una de las escenas más desgarradoras del año en Nariño.

El coronel retirado Ariel Mora Rodríguez, impecablemente vestido y sereno, había citado a su exesposa, Magda Patricia Muñoz y a su hijo, Sebastián Mora Muñoz, un joven estudiante de Medicina, querido en la universidad por su disciplina y su sonrisa fácil. Ella llegó con la esperanza de hablar en paz; él, con la determinación de protegerla si algo se salía de control.

Pero la calma fue apenas un espejismo. Testigos aseguran que, tras unos minutos de conversación tensa, el coronel sacó un arma de fuego y abrió fuego sin decir palabra. El joven se interpuso entre su madre y las balas, en un acto desesperado y heroico. Murió allí mismo, sobre el suelo del restaurante, mientras su madre era trasladada en agonía a la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de Pasto donde, a esta hora se debate entre la vida y la muerte.

El agresor huyó. Subió a un taxi, pidió que lo llevaran lejos y, en pleno trayecto, se disparó dentro del vehículo. Alcanzaron a llevarlo a un centro médico, pero ya no había nada que hacer.

Fuentes cercanas contaron que la pareja había tenido una separación marcada por discusiones y denuncias. Nadie pensó que terminaría así, en una pizzería, frente al hijo que intentó evitar lo inevitable.

Las autoridades investigan el caso y tratan de reconstruir minuto a minuto lo que ocurrió. El nombre de la víctima, un joven con sueños de servir a la comunidad desde la medicina, se convirtió en símbolo del absurdo y la violencia que sigue golpeando los hogares colombianos.

“Era un muchacho bueno, de los que ya casi no hay”, dijo uno de sus compañeros universitarios. “Siempre hablaba con orgullo de su mamá”.

Hoy Pasto despierta con el alma encogida. Una familia destruida, una comunidad que no encuentra consuelo y una pregunta que resuena entre todos: ¿qué pudo quebrar tanto a un hombre que alguna vez juró proteger la vida?

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