Petro pidió perdón a las madres de los menores muertos en bombardeos. Pero dijo que no se detendrán

“Los bombardeos no se detendrán, si no lo hacemos ellos van a reclutar más niños, porque saben que la forma para no los ataquemos con fuerza (…) es reclutar niños”, señaló el mandatario.
En una alocución cargada de simbolismo y tensión política, el presidente Gustavo Petro sorprendió al país al pedir perdón a las madres de los menores de edad que murieron en bombardeos del Estado en departamentos como Guaviare, Arauca y Amazonas. El mandatario reconoció el dolor de las familias, pero también dejó un mensaje claro: los operativos militares no se van a suspender.
Petro afirmó que los menores fallecidos no eran víctimas circunstanciales, sino jóvenes reclutados por grupos criminales, entrenados y armados, lo que —según él— explica su presencia en campamentos que fueron objetivo militar. Aun así, dijo que como Estado “debe pedir perdón” a las madres que terminan enterrando a sus hijos por culpa de una guerra que no escogieron.
El presidente reveló además que, entre 2022 y 2024, se identificaron 13.666 menores reclutados en al menos 1.400 combates, una cifra que prende alarmas y que, de acuerdo con su argumento, justifica mantener la estrategia de bombardeos. Para él, suspenderlos enviaría “un mensaje contradictorio” que podría facilitar aún más el reclutamiento infantil en zonas dominadas por estructuras criminales.
El mensaje fue un equilibrio incómodo: un perdón sin reversar la política, un gesto que intenta hablarle tanto a las víctimas como a una opinión pública que exige resultados contra las disidencias y otros grupos armados. Petro insistió en que la guerra es un “hecho negativo y anómalo”, pero advirtió que la Fuerza Pública seguirá actuando contra quienes recluten y armen a menores.
La alocución dejó al país dividido: para algunos, un acto de humanidad; para otros, un intento de suavizar una política dura que sigue dejando muertos. Lo cierto es que el Gobierno decidió asumir el costo político y moral sin desmontar la ofensiva militar. Ahora la mirada está puesta en si este perdón traerá cambios reales en protocolos, investigaciones y atención a las familias que siguen cargando el duelo.





