NACIONAL

De la Guajira al cielo: la primera soldado indígena en la aviación del Ejército fue la mejor de su contingente

Colombia no solo está hecha de guerra y política; también tiene historias que hacen inflar el pecho. Y una de esas es la de Yetzibel Tiles Ipuana, una joven wayúu que se alzó como la primera soldado indígena en la Aviación del Ejército Nacional, y no solo eso: salió la mejor de todo su contingente.

La historia arranca en el calor de La Guajira, donde Yetzibel soñaba con volar alto, pero no en avión comercial, sino en helicóptero militar. Se enlistó voluntariamente en mayo de 2024, dejando atrás su tierra y sus tradiciones para demostrar que las mujeres indígenas también pueden romper el techo de acero del Ejército colombiano.

Durante su servicio en el Batallón de Abastecimientos y Servicios para la Aviación, en Tolemaida, la guajira no solo cumplió con disciplina, sino que se ganó el respeto de todos. No había entrenamiento que la detuviera, ni maniobra que la hiciera temblar. Su entrega fue tanta, que cuando llegó el día del licenciamiento, no hubo duda: ella era la número uno.

En la ceremonia oficial, celebrada en el campo aéreo José Joaquín Matallana Bermúdez, en Bogotá, Yetzibel fue condecorada con la medalla “Juan Bautista Solarte Obando”, un reconocimiento reservado para el mejor soldado de tropa del contingente.

Los comandantes no escatimaron elogios. La llamaron “símbolo de superación, diversidad y compromiso con la patria”. Yetzibel, con su sonrisa tranquila y el uniforme bien puesto, solo dijo una frase que se quedó grabada entre los presentes:

“Servirle al país desde mis raíces es el mayor orgullo que puedo tener”.

Hoy, la joven wayúu no piensa detenerse. Quiere seguir su carrera dentro de las Fuerzas Militares y convertirse en oficial del Ejército. Su historia ya inspira a otras mujeres de comunidades indígenas que, como ella, quieren levantar vuelo sin dejar de pisar con orgullo la tierra que las vio nacer.

En tiempos donde sobran los escándalos y faltan los ejemplos, Yetzibel Tiles Ipuana demuestra que todavía hay colombianos que honran el uniforme con el corazón. Una mujer que pasó de las arenas de La Guajira al cielo del país… y lo hizo con medalla al pecho.

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