Conmoción en el Ejército: joven fue asesinado dentro de un batallón y su cuerpo fue arrojado al río

Hay nueve militares capturados. El mismo presidente Petro fue quien dio aviso de que se habría producido un homicidio dentro del batallón y que se investigará dicho acto.
El municipio de Frontino, en el occidente de Antioquia, amaneció sacudido por una noticia que ha causado indignación en todo el país. La muerte de Esneider Flórez Manco, un joven civil de unos 30 años, ha desatado una tormenta dentro del Ejército Nacional. Las primeras versiones indican que fue golpeado brutalmente dentro del batallón “Antorcha” del Ejército y que, tras su muerte, su cuerpo fue lanzado al río para intentar ocultar el crimen.
El hecho ocurrió dentro de las instalaciones del Batallón de Infantería n.º 32 “Pedro Justo Berrío”, con sede en Frontino. Según las denuncias reveladas por la emisora La FM, el joven habría sido retenido por varios militares luego de que lo vieran merodeando cerca de la base. Lo llevaron al interior de la unidad para interrogarlo, pero lo que debía ser una simple revisión terminó convertido en una sesión de golpes, patadas y agresiones que acabaron con su vida.
Su cuerpo fue encontrado días después flotando en el río, con claros signos de tortura y múltiples heridas. El horror del hallazgo dejó sin palabras a los habitantes del pueblo, que conocían a Esneider como un muchacho tranquilo, algo excéntrico y visible en la comunidad. Nadie imaginó que terminaría siendo víctima de semejante barbarie.
La indignación estalló cuando el propio presidente Gustavo Petro se pronunció sobre el caso y pidió explicaciones al Ejército Nacional. Desde entonces, la presión pública ha obligado a la institución castrense a actuar: nueve militares fueron capturados y apartados del servicio mientras avanza la investigación judicial.
Entre los implicados se encuentran el teniente Leider Ortiz Ortiz, el sargento segundo Andrés Olivio Gutiérrez, el cabo segundo Cristian Daniel Córdoba, el soldado profesional Miguel Ángel Caicedo, y los soldados Fabián Alberto Rojo, Brayan Stiven Osorio, Jhonn Edwin Quejada, Neider de Jesús Oyola y Divian Fernando Ruiz. Todos enfrentan graves señalamientos por homicidio y posibles actos de tortura.
El Ejército Nacional reaccionó con un comunicado en el que aseguró “rechazar categóricamente cualquier acción contraria a la ley, la ética y los derechos humanos”, y prometió colaborar con las autoridades judiciales para que se esclarezcan los hechos. Sin embargo, la sombra del escándalo ya golpea con fuerza la imagen institucional, y muchos en Frontino —y en el país— se preguntan cómo fue posible que una tragedia así ocurriera dentro de una base militar.
Por su parte, la Fiscalía General de la Nación y la Justicia Penal Militar ya asumieron el caso para determinar responsabilidades. Las investigaciones buscan establecer quién dio la orden, qué ocurrió dentro del batallón y por qué un civil terminó muerto bajo custodia de uniformados.
Mientras tanto, la familia de Esneider clama justicia. “No queremos venganza, queremos verdad. Mi hermano no era un delincuente, no merecía morir así”, dijo uno de sus familiares en declaraciones a medios locales. En el pueblo, la indignación sigue creciendo: hay marchas, velas encendidas frente a la iglesia y mensajes pidiendo que los responsables paguen por lo que hicieron.
En medio de la investigación, lo único claro es que Esneider Flórez Manco —un joven humilde, visible y querido en su municipio— perdió la vida de la manera más cruel posible, en el lugar donde se supone que debía estar más seguro: dentro de un batallón del Estado





